«Como ha dicho Prigogine, los cambios en nuestra concepción del mundo no son gratuitos pero tampoco están determinados por la contemplación mística.
«Este cambio de puntos de vista no es el resultado de una decisión arbitraria. En física nos vinos forzado por nuevos descubrimientos que nadie hubiera podido predecir. ¿Quién habría podido esperar que las partículas más elementales se revelarían como seres efímeros en perpetua transformación? ¿Quién hubiera esperado que con un universo en expansión, la historia aparecería al nivel del mundo como un todo?… está naciendo un nuevo naturalismo. En cierto sentido esto es la continuación de una orientación que se inició en el siglo XIX. Darwin nos enseñó que el hombre está enmarcado en la evolución biológica; Einstein nos enseñó que también lo estamos en un universo en evolución.
El darwinismo implica nuestra solidaridad con todas las formas de vida, la relatividad nuestra solidaridad con el cosmos como un Todo, en el universo en expansión… Hemos descubierto (además) que lejos de ser una ilusión, la irreversibilidad juega un papel esencial en la naturaleza y se encuentra en el origen de muchos procesos de organización espontánea.
Sabemos hoy día que esos procesos son presumiblemente el fundamento de la autoorganización en sistemas biológicos. Nos encontramos en un mundo azaroso, un mundo en el cual la reversibilidad y el determinismo son sólo aplicables a situaciones límite y simples, siendo al contrario la regla la irreversibilidad y la indeterminación. Ha llegado el momento de nuevas alianzas». (La nueva alianza. Metamorfosis de la ciencia, 1979).»
«Symploke», 1988, Gustavo Bueno, Alberto Hidalgo y Carlos Iglesias.
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